Amigas, hoy, tengo para darles una súper noticia.

La idea es que al final de cada semana compartamos cómo nos ha ido en la semana, pero la verdad es que no me aguanto más.

Esta mañana, me surgió la tentación de montarme en mi báscula, quería ver cuántos kilos había perdido, ya saben, aunque he escuchado por allí que obsesionarse con el peso no es bueno, pues ni modo, me subí a la balanza. ¡Que desilusión!

Sólo había perdido un poco menos de 1 kilo. ¡No saben casi me pongo a llorar! Estuve tan disciplinada, más activa, mi alimentación está mejor…¿cómo es que sólo perdí menos de 1 kilo?

Estaba tan frustrada que tomé la primera falda que encontré y me fui. Cuando de repente me veo en el espejo del ascensor y me doy cuenta que la falda que me puse, era una que me gustaba un montón, pero hace mucho tiempo no podía ponerme. Me quedaba muy ajustada, ¡casi, casi al punto de que el botón estaba por salir volando! Y allí estaba ahora, en mi cintura. O sea no quiero sonar muy diva, pero neta que me quedaba divina.

Ahora, había perdido menos de un kilo y así y todo la falda me quedaba genial. ¿Qué había pasado? ¿Magia?

Esa misma tarde fui muy temprano a la clase de zumba y le pregunté a la instructora a ver si ella sabía qué podía haber pasado, esta chica es coach de salud. Ella me dijo:

El peso es relativo. La masa muscular pesa más que la grasa. Seguramente, por la alimentación que llevas ahora, te desinflamaste, ya no retienes tantos líquidos y quemaste grasa. Por eso la falda te sirve, se han modificado tus medidas. Con el ejercicio, has ganado masa muscular, que pesa más. Por eso, no has bajado en peso. Sofi, ¡eso está perfecto! ¡Ya no te montes en esa balanza tan seguido, lo importante es cómo te sientas y cómo te vaya quedando tu ropa!

No saben amigas lo liberada y feliz que me siento ahora.
Una noticia así daba para compartirla, ¿verdad?

¡Hasta mañana chicas!

Sofi