Con el ritmo de vida tan ocupado que todos llevamos frecuentemente se nos dificulta manejar nuestro tiempo de manera productiva y balanceada. ¿Cuántas veces nos hemos sentido que no nos da tiempo de hacer todo lo que tenemos pendiente? Constantemente nos encontramos con distracciones que desvían nuestro enfoque. Como ejemplo te comparto mi experiencia de hoy con la que estoy segura te vas a identificar. Mientras escribía este artículo contesté dos llamadas telefónicas, revisé mi Facebook, respondí varios correos electrónicos, me levanté a tomar agua, y ni te cuento el tiempo que pasé con la mente en blanco en frente del computador. Para ser realistas, no podemos evitar las distracciones. Y la mayor de todas ellas es el procrastinar.

Todos procrastinamos. Nos demoramos en hacer algo que debemos hacer para luego hacerlo de manera apresurada. Cuando procrastinamos, inclusive tomamos el riesgo de que no tengamos el tiempo necesario para finalizar la tarea y pudiéramos perder oportunidades importantes. Muchos creen que trabajan mejor bajo presión y cuando lo hacen a última hora. Pero los expertos han demostrado que realmente el nivel de estrés es mayor y los resultados son más pobres.

¿Te has preguntado por qué procrastinamos? Puede ser porque estamos cansados, o tememos enfrentar la tarea que nos espera porque es demasiado difícil, muy fácil, aburrida, o dolorosa (como ir al dentista), o porque simplemente nos hemos acostumbrado a dejar todo para el último momento. Si bien no podemos controlar las distracciones y las interrupciones a las que estamos expuestos, si podemos controlar la cantidad de tiempo que le dedicamos para podernos enfocar en lo que realmente nos interesa hacer. Lo más importante es determinar cómo queremos usar nuestro tiempo. Nuestro tiempo es uno de los bienes más preciados. Es perecedero, es insustituible, y no lo podemos guardar para más tarde. ¿Cómo distribuimos nuestro tiempo? es una pregunta importante no sólo para cada uno de nosotros como líder dirigiendo un equipo o una madre de familia, sino para cada persona que nos rodea.

Comienza hoy mismo a pensar cómo quieres invertir tu tiempo y verás mejorar tu gestión y aumentar tu productividad de inmediato. No lo dejes para mañana.

Sugerencias para reducir el procrastinar

  • Mantén una lista de tareas pendientes para que no te olvides “convenientemente” de las tareas desagradables o abrumadoras.
  • Categoriza tu lista de tareas entre Urgente / Importante para ayudarte a determinar lo que hay que hacer primero.
  • Establece claramente las fechas en las que cada tarea debe ser finalizada.
  • Enfócate en una tarea a la vez.

 

Y tú, ¿dejas para mañana lo que puedes hacer hoy?
Comparte tu experiencia dejando tu comentario!