Hola mis queridas compañeras de viaje,

No sé ustedes, pero esta semana he estado muy reflexiva, han pasado algunas cosas inesperadas que me han mantenido pensando, ya les compartiré más adelante todas mis reflexiones.

Cuando estoy reflexiva, busco siempre las notas de mis diarios, allí escribo casi a diario mis pensamientos y también las experiencias que voy teniendo, es una buena práctica para contraponer perspectivas y evaluar el camino que voy andando.

Una de mis anotaciones, de las más viejas, hablaba de la experiencia luego con un ejercicio corporal en mis talleres de coaching. Eramos casi 100 personas de diferentes nacionalidades, parados, descalzos y escuchando una música que nos invitaba a la meditación, el facilitador nos invitó a cerrar los ojos y caminar por la sala. Era una invitación a sumergirnos en la incertidumbre de caminar sin mirar el camino. ¡Ufff qué experiencia!

Al principio, me quedé prácticamente paralizada, apenas daba pasos pequeños y muy cautelosos, a pesar que sabía que lo máximo que podía pasar era que me tropezara levemente con alguien más, el solo hecho de saber que no podía ver lo que venía, que no tenía el control de la situación, y que inesperadamente podía tropezarme con alguien más, me generaba una incomodidad que no me permitió moverme.

Hoy en día, al igual que hace un tiempo atrás, me pregunto: cómo esa experiencia, se traslada a mi vida. Hagamos este ejercicio juntas, preguntémonos:

  • ¿Será que cuando se presenta algo inesperado el miedo nos paraliza?
  • ¿Qué pasa cuando no tenemos el control de todo? ¿La angustia nos invade?
  • ¿Cómo manejamos la incertidumbre en nuestras vidas?

Mis queridas, reconozcamos, ¡por lo menos yo lo reconozco, me incluyo ¡muchas de nosotras queremos que las cosas sucedan de una manera u otra, nos angustiamos, nos estresamos, y no nos damos cuenta de las bendiciones que tiene lo nuevo que nos sucede.

Así que chicas, las invito, soltemos nuestro ego, soltemos nuestra necesidad de controlar, dejemos que el universo y Dios, realicen el plan maestro que tienen para nosotras.

¿Qué piensan, me acompañan? No se olviden de compartirme sus pensamientos, me encanta saber qué les pasa por la cabeza,¡aprendo mucho de ustedes!

Les mando millones de besos,

Erika Greenawalt