¿Qué tal ese ejercicio escribiendo todo lo que hacemos en el día?

¡Qué locura el tiempo que invierto en atender llamadas, email y mensajes inesperados! Sin dudas, este ejercicio fue una revelación. Las horas de la mañana que para mi son las más productivas, se interrumpen con esta gran cantidad de mensajes, llamadas y correos de último minuto. Dejo de hacer cosas realmente importantes para atender cosas “urgentes”. Y cuando llego a final de la mañana, casi no tengo tiempo para hacer las cosas que importan, como por ejemplo, la planificación de las actividades del mes.

También vi que ayer salí media hora más tarde a mi caminata, y casi la cancelo, por algo de último momento, “urgente”, que se presentó con una de mis líderes de equipo.

¿Y qué creen, a veces son más de las 2 de la tarde y aún no he almorzado?

Eso definitivamente no está bien con mi alimentación. Son demasiadas horas sin comer.

En fin, ahora con este ejercicio, viendo las metas y el círculo de la vida de la semana pasada, veo que tengo que hacer algunos ajustes en mi rutina.

Mi hábito de interrumpir lo que estoy haciendo para atender imprevistos, me tiene todo de cabeza, y me aleja de mis metas.

Fijaré horas específicas para atender mis correos, llamadas y mensaje. Mis horas de planificación serán sagradas, al igual que mi tiempo para mis actividades físicas y las horas para mis comidas. ¿Suena mucho, no?

¡Pero hay que hacerlo! Recuerden es día a día hasta que un buen día ya ni nos daremos cuenta.

Quiero saber de ustedes; si tienen consejos son muy bienvenidos! Déjame tu comentario aquí abajo y recuerda compartirlo también en tus redes sociales, incluyendo el hashtag #MujeresConCurvas en las redes sociales.

¡Allí nos vemos!

Sofi