Comer saludable no es una proposición de todo o nada. Al contrario, el elemento fundamental es: moderación. Moderación se refiere, por un lado, a la cantidad de comida que tu cuerpo necesita. Es decir, al final de cada comida te debes sentir satisfecho pero no a punto de explotar. Moderación también se trata de balance. Es necesario incorporar carbohidratos, proteínas, grasas, fibra, vitaminas, y minerales en la alimentación diaria para sustentar un cuerpo sano.

La meta de un comer saludable es desarrollar hábitos alimentarios que puedas mantener a largo plazo y que mejoren tu calidad de vida, y para lograrlo:

  1. No te prohibas ninguna comida. Cuando te restringes ciertas comidas es natural que te provoquen aún más. ¿Estás de acuerdo? Comienza por reducir las porciones y por no comerlas tan frecuentemente. Si el resto de tu alimentación es sana, comerte una hamburguesa y papas a la francesa una vez a la semana, con moderación, probablemente no tendrá un efecto tan negativo en tu salud. A medida que vayas reduciendo el consumo de comidas poco saludable, te irán apeteciendo menos o pensando en ellas solo ocasionalmente.
  2. Piensa en pequeñas porciones. Cuando comas fuera de tu casa, elige un aperitivo en lugar de un plato principal, o comparte con otra persona. Cuando estés en casa, utiliza platos pequeños. Si no te sientes satisfecho al terminar de comer, añade más vegetales verdes o frutas frescas. Prepara fáciles y deliciosas ensaladas con el Easy Salad+ de Kitchen Fair® para acompañar tus comidas y agregar alimentos frescos. Una guía visual te puede ayudar con el tema de las porciones. Por ejemplo, una porción de carne, pescado, o pollo debe ser del tamaño de un paquete de barajas, y una porción de papas majadas, arroz, o pasta es aproximadamente del tamaño de un bombillo.
  3. Considera el agua y el ejercicio como indispensables para tu alimentación. El agua ayuda a limpiar tu organismo de toxinas. Sin embargo, mucha gente se la pasa deshidratada, lo que causa que se sienta cansada y sin energía. Manteniéndote bien hidratado te ayudará a hacer elecciones más saludables de comida. Por otro lado, consigue algún tipo de actividad que te guste hacer y añádela a tu rutina diaria. Los beneficios de ejercitarse regularmente y a largo plazo son innumerables e inclusive te ayudará a que tu elección de alimentos más saludable se convierta en un hábito.