Proactivo o reactivo
¿Cuántas veces hemos escuchado que debemos ser más proactivos tanto en nuestras vidas familiares como en nuestro desempeño como líderes? Los expertos dicen que los mejores líderes son proactivos, lo cual significa que son personas planificadas, organizadas, que mantienen el control y se anticipan a las crisis, y que el ser proactivo es una de las características más importantes de las personas de éxito y altamente eficaces. Algunos definen proactividad como el acto de tomar las riendas de tu vida siendo responsable de la misma. En una cultura proactiva cada colaborador asume la responsabilidad de sus decisiones y de cómo responde a las circunstancias, incluso aunque estén fuera de su control. Cada miembro evalúa regularmente su desempeño e implementa acciones correctivas cuando sea necesario. Pero esto no sucede aleatoriamente. El líder debe construir proactividad a propósito, de lo contrario estará automáticamente diciendo “sí” a la reactividad.
En contraste, los líderes reactivos permiten que sus acciones se vean determinadas por situaciones externas, viéndose como víctimas de las circunstancias, incapaces de cambiar sus reacciones, y sintiendo por lo tanto con mucho menos poder. Por supuesto, puede ser más fácil y más atractivo desarrollar un estilo de liderazgo reactivo. El líder reactivo utiliza la oportunidad de “combatir el fuego y salvar el día” cada vez que una situación se presenta, sin tener la capacidad de distinguir entre lo importante y lo urgente. Los líderes reactivos prosperan en el caos continuo y el hecho de pasar de una crisis a otra. Ellos trabajan largas horas y sus días están llenos de actividad. A menudo el líder reactivo enseña a sus equipos a esperar dirección explícita y detallada, en lugar de infundir confianza de que pueden manejar y solucionar un problema por su cuenta. Pero la falla más difícil de superar del líder reactivo es la incapacidad de priorizar. Al no determinar lo que es más importante, un líder no tiene manera de organizar el trabajo de manera eficaz.
Cuando decidas construir consistentemente la proactividad como capacidad competitiva dentro de tu organización, verás aumentar las ventas año tras año, y el cansancio físico y mental de los miembros de tu equipo se reducirá significativamente. Comienza a practicar tu liderazgo proactivo. Pronto verás los resultados positivos.
Para familiarizarte con el liderazgo proactivo toma en cuenta las siguientes sugerencias:
- Ejercita tu estilo de liderazgo proactivo. Tomar conciencia de que todo lo que haces es tu decisión
- Revisa tu círculo de influencia. Siempre habrán cosas en tu vida que puedes influir. Cada vez que quieras quejarte de algo, revisa a ver si está dentro de tu círculo de influencia. ¿Hay alguna manera que puedas hacer algo para cambiar lo que está sucediendo? Si es así, considera tus opciones en lugar de quejarte, y actúa.
- Comprométete y actúa. Ser proactivo significa mantener tus propios compromisos, no sólo para alcanzar la meta, sino también por el respeto a ti mismo. Cuanto más te honres a ti mismo lograrás mayor control de tus estados de ánimo y de las fuerzas externas que te rodean.
¿Qué tipo de liderazgo es el tuyo?
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